EL ESTILO HP
Abierta una crítica con motivo de
estudio y análisis manteniendo el anonimato de esta organización, alumnos
universitarios cateaban a los fundadores por falta de concentración, por falta
de una gran idea, por falta de un mercado claro, por falta de casi todo lo que
les haría aprobar un curso sobre plan de empresa.
Luego de revelarles el detalle de que
los fundadores eran Bill Hewlett y David Packard, quedaron en silencio. ¿Cuál
fue su ventaja competitiva? Tiempo después alguien formuló la cuestión clave:
El
gran producto de Bill Hewlett y David Packard no fue el oscilador de audio, la
calculadora de bolsillo o el microcomputador. Su gran producto era la empresa
Hewlett-Packard y su gran idea el estilo HP.
LA ESENCIA DEL ESTILO HP
Consiste en cinco preceptos
fundamentales:
1.
La empresa HP existe sólo para hacer
una contribución
técnica y solo debe perseguir oportunidades que concuerden con estos
fines.
2.
La empresa HP se exige y exige a su
personal un rendimiento superior – un crecimiento rentable es un medio para
conseguir éxito duradero y además es su medida.
3.
La empresa HP cree que los mejores
resultados proceden de tener personal adecuado, confiar en él,
darle libertad de encontrar el mejor camino para alcanzar sus objetivos y
permitirle participar en las ganancias que sus trabajos hacen posible.
4.
La empresa HP tiene la responsabilidad
de contribuir directamente al bienestar de las comunidades en las
que opera.
5.
Integridad.
MÁS QUE BENEFICIO
Packard defendía que una empresa tiene
más responsabilidad que producir beneficio para sus accionistas; tiene la responsabilidad de reconocer la
dignidad de sus empleados como seres humanos y el bienestar de sus clientes y
de la comunidad en general.
Allí encontramos el ADN oculto en el
estilo HP. El genio del “y”. Hacer una contribución técnica y
satisfacerlas necesidades de los clientes. Cuidar del personal y exigir
resultados.
CONTINUIDAD Y CAMBIO
Cualquier gran sociedad ejemplifica
esta dualidad. Por un lado se guía por un
conjunto de valores fundamentales, mientras que, por otra parte, estimula el
progreso – el cambio, la mejora, la innovación, la renovación – todo lo que no sea el núcleo de sus
principios filosóficos.
En la década de los 90 HP pasó un mal
momento, en parte porque confundió sus prácticas operativas con sus valores
fundamentales. Y mientras la empresa se debatía entre preservar los valores
centrales y cambiar las prácticas culturales, se encontró superada por competidores más rápidos.
LA PRUEBA DE FUEGO
La prueba de fuego para una gran
empresa no es la ausencia de dificultades, sino su habilidad para recuperarse de los
reveses (incluso de heridas autoinfringidas) y salir más fuerte que antes.
Cualquier empresa puede caer de grande a buena si deja de cumplir sus
principios fundamentales o se niega a cambiar sus prácticas, pero del mismo
modo, una empresa puede volver a ser grande volviendo a poner en marcha sus
principios centrales con prácticas nuevas e imaginarias. ¿Se puede volver a ser
grande? Por supuesto. Y la forma de hacerlo es abrazar de nuevo, no las formas,
sino el espíritu perdurable del
estilo HP.
Jim Collins
Bouder, Colorado
31 de mayo del 2005
(Extracto)