La administración es uno de los dones de Dios

"De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; EL QUE PRESIDE, CON SOLICITUD; el que hace misericordia, con alegría. El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno". Romanos 12:6-8*

sábado, 25 de mayo de 2013

¿CUÁL ES LA JUSTA DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA?




Todas las ideas sobre la justicia se dividen en dos grupos:
1.            no hay justicia cuando el resultado no es justo
2.            no hay justicia cuando las reglas no son justas

NO HAY JUSTICIA CUANDO EL RESULTADO NO ES JUSTO.- En el siglo XIX se generó un enorme entusiasmo cuando los economistas afirmaron haber llegado al increíble descubrimiento de que para lograr la eficiencia se requiere equidad en la distribución de los ingresos. Según ellos, para conseguir que el “pastel” económico sea tan grande como se pueda, debe cortarse en partes iguales, una para cada persona. Esta idea (Utilitarismo) resulto incorrecta. “El ingreso debía transferirse a los ricos y a los pobres hasta un punto que se consiguiera una completa equidad; en otras palabras, hasta que no hubieran ricos ni pobres”.

·            EL UTILITARISMO
El utilitarismo es a veces resumido como "el máximo bienestar para el máximo número". De este modo el utilitarismo recomienda actuar de modos que produzcan la mayor suma de felicidad posible en conjunto en el mundo.

 El utilitarismo ha logrado, ciertamente, más que todas las filosofías idealistas juntas, y lo ha hecho sin grandes alharacas". Bertrand Russell

·            UTILITARISMO NEGATIVO
Muchas teorías utilitaristas defienden la producción del máximo bienestar para el máximo número de personas. El utilitarismo negativo cree necesario evitar la mayor cantidad de dolor o daño para el mayor número de personas. Los defensores de esta interpretación del utilitarismo argumentan que ésta propone una fórmula ética más eficaz, pues hay más posibilidades de crear daños que de crear bienestar, y los daños mayores conllevan suicidio a los más grandes bienes. Es lo contrario del utilitarismo positivo. Defienden la producción del mínimo malestar para el máximo número de personas. 

El gran problema del utilitarismo es que no toma en cuenta los costos que conllevan las transferencias de ingresos.  La única manera de transferir el ingreso es a través de los gravámenes fiscales. Gravar con impuestos el ingreso que las personas obtienen de sus empleos provoca que estas trabajen menos. Esto da por resultado que la cantidad de trabajo sea menor que la cantidad eficiente, la gente ahorra menos, y el capital decrece. En consecuencia, el pastel económico es más pequeño.

NO HAY JUSTICIA CUANDO LAS REGLAS NO SON JUSTAS.- la idea de que algo no es justo si las reglas no son justas se basa en un principio fundamental que parece estar enraizado al cerebro humano: el principio de simetría. Este principio supone que las personas en una situación similar deben ser tratadas igual. Es el principio moral fundamental y que dice, de una manera u otra lo siguiente: “trata a los demás como quisieras que te traten a ti”.

En el terreno de la economía este principio se traduce en Igualdad de Oportunidades. ¿Pero igualdad de oportunidades para qué? El filósofo Robert Nozick afirma que la idea de justicia como un beneficio o resultado no puede funcionar, y que el concepto justo debe basarse en la justicia de las reglas:

1.            El estado debe hacer cumplir las leyes que establecen y protegen la propiedad privada.
2.            LA PROPIEDAD PRIVADA SE PUEDE TRANSFERIR DE UNA PERSONA A OTRA ÚNICAMENTE A TRAVÉS DE UN INTERCAMBIO VOLUNTARIO.

En primer lugar suponga que algunos recursos o bienes son de propiedad común. Todo el mundo es libre para tomarlos y utilizarlos. El más fuerte será quien prevalezca. Pero cuando el más fuerte prevalece, él es quien posee de hecho los recursos o bienes en cuestión, lo cual evita que los demás disfruten de ellos.

En segundo lugar, suponga que no se recurre al intercambio voluntario como mecanismo para transferir la propiedad de los recursos de una persona a otra. La alternativa es LA TRANSFERENCIA INVOLUNTARIA. EN LENGUAJE LLANO, LA ALTERNATIVA ES EL ROBO.

Las dos situaciones anteriores violan el Principio de simetría. Solo si se hacen cumplir los derechos de propiedad privada y si el intercambio voluntario tiene lugar en un mercado competitivo, la distribución del ingreso y de la riqueza resultante, será justa.


¿CÓMO SE CUMPLE ESTA TRANSFERENCIA VOLUNTARIA JUSTA?

“Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno”.
Hechos 2:44-45
La ley de Moisés proveía ampliamente para los pobres, pero había muchos pobres entre los judíos durante el ministerio personal de Jesús. La actitud típica de aquellos tiempos se describe en la parábola del buen samaritano (Lc. 10:31, 32, el sacerdote y el levita pasaron de largo). Por eso, lo que hacen estos nuevos discípulos es algo nuevo, una conducta no solamente admirable, sino también muy excepcional. Habían recibido el don del Espíritu Santo y ahora llevan el "fruto del Espíritu" (Gál. 5:22, 23).

          Hch. 4:32 - 35 suple información adicional: "y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común ... Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad".

          No había nada de fanatismo en su acción. No se dejaban llevar por una corriente de emoción excesiva, sino que comprendían perfectamente lo que hacían. No echaban al viento la razón para actuar de manera irresponsable. Los apóstoles no habían mandado que los discípulos vendieran sus propiedades y posesiones, sino que, más bien, era una DEMOSTRACIÓN  VOLUNTARIA DE AMOR. ¡Había una necesidad y la suplían!

          Esta práctica no tenía nada que ver con el comunismo; según este sistema político el gobierno confisca (roba) la propiedad privada y la reparte según su capricho.

·         DOCTRINA COMUNISTA
Las doctrinas de las diversas corrientes comunistas coinciden en la necesidad de suprimir la propiedad privada (especialmente la de los medios de producción sociales) y en la emancipación del proletariado como la primera clase oprimida sin economía propia,  negación de toda posible apropiación privada y por ende tendiente a desaparecer como clase en una comunidad comunista.

Otro ejemplo de ciertas doctrinas comunistas en un marco antiguo son las propuestas por Platón en La República;
“[...] existen el mejor Estado, la mejor constitución y las mejores leyes allí donde se aplica esta máxima: todo es común entre amigos”. Platón

“No queremos la igualdad escrita en una tabla de madera, la queremos en nuestras casas, bajo nuestros techos”. François-Noël BabeufConjuration des Égaux1795.

"Esto no era comunismo, sino el producto de algo que el comunismo no entiende" (Lenski). Lo que aquellos hermanos practicaban era simplemente la BENEVOLENCIA VOLUNTARIA, ni más ni menos. No había distribución igual entre todos los miembros de la iglesia. Cuando los hermanos vendieron sus posesiones, no lo hicieron para que todos los discípulos tuviesen la misma cantidad de dinero y posesiones, sino que los nuevos santos de Jerusalén vendían sus propiedades y posesiones conforme a la necesidad de otros hermanos.

          Probablemente esta práctica fue motivada por la presencia de judíos que habían venido de varias naciones (2:9-11) para celebrar la fiesta de Pentecostés y al ser convertidos a Cristo querían quedarse por un tiempo para aprender más del evangelio.

          Los verbos que Lucas usa en Hch. 2:44, 45 y 4:32-35 para describir este gran acto de benevolencia son de tiempo imperfecto para indicar una acción continua. INDIVIDUAL Y VOLUNTARIAMENTE (5:4) los hermanos estaban vendiendo sus propiedades y posesiones según la necesidad de otros hermanos. Dice Hch. 4:34, "Así que no había entre ellos ningún necesitado". Hoy en día cuando hermanos suplen la necesidad de otros hermanos necesitados, imitan el ejemplo de estos hermanos de Jerusalén. En 2 Cor. 8:14 dice, "con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad". La igualdad no significa que todos los miembros tengan la misma cantidad de dinero y posesiones, sino que todos sean igualmente libres de la necesidad.


CONCLUSIÓN

La gente desea “el máximo bienestar para el máximo número”, “evitar la mayor cantidad de dolor o daño para el mayor número de personas”, “tratar a los demás como ellos mismos”, pero también “Que sean tratados por los demás como aquellos mismos se tratarían”, “ser el más fuerte y el que prevalece”, “transferencias involuntarias para su beneficio (egoísmo)”.

Las ‘transferencias voluntarias’ o la DEMOSTRACIÓN  VOLUNTARIA DE AMOR de la iglesia primitiva es algo que el comunismo (ni ningún otro sistema) no entiende’.

Las ‘transferencias voluntarias’ es un fruto del Espíritu Santo. No se puede exigir lo que no se posee. Si bien es cierto, personas ‘de gran corazón’ sin ser creyentes pueden hacer ‘transferencias voluntarias’ pero son la minoría. Busquemos ‘el máximo bienestar para el mayor número’ de la manera bíblica:
Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des; porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que emprendas. Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra”. Deuteronomio 15:10-11
Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis”. Mateo 26:11
La iglesia de toda época debe imitar a estos hermanos del primer siglo en su determinación de proveer para los santos pobres. Al ayudar a los tales servimos a Jesús (Mat. 25:35-40).

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