La administración efectiva incluye el compartir la
carga de trabajo. Está en la Biblia, Éxodo 18:21, "Además escoge tú de
entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad,
que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de
centenas, de cincuenta y de diez".
La administración efectiva incluye supervisión y
confirmación. Está en la Biblia, Éxodo 39:42-43, "En conformidad a todas
las cosas que Jehová había mandado a Moisés, así hicieron los hijos de Israel
toda la obra. Y vio Moisés toda la obra, y he aquí que la habían hecho como
Jehová había mandado; y los bendijo".
La administración es uno de los dones de Dios. Está
en la Biblia, Romanos 12:6-8, "De manera que, teniendo diferentes dones,
según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida
de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que
exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside,
con solicitud; el que hace misericordia, con alegría. El amor sea sin
fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno".
Los administradores efectivos reconocen sus
limitaciones. Está en la Biblia, Deuteronomio 1:9, "En aquel tiempo yo os
hablé diciendo: Yo solo no puedo llevaros".
Los buenos administradores planean con
anticipación. Está en la Biblia, Lucas 14:28-30, "Porque ¿quién de
vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los
gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que
haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a
hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo
acabar".
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